2 de mayo de 2008

Quique Flores

Entrevistado hoy en el diario "El Mundo" deja varias perlas en forma de reflexión, habla de la excesiva presión y premura de tiempo, de la ignorancia con respecto a los plazos, tan importantes en el trabajo de cantera. Ojalá sirva para qué muchos reflexionen sobre la importancia de la constancia y el trabajo.

–¿Cómo se ve el volcán desde la distancia?–La mayoría de equipos no están felices, la mayoría de técnicos están enfadados y la mayoría de aficiones, disconformes. Veo al fútbol angustiado, con prisas, tensión, sin ideas claras sobre lo que se pretende hacer y en qué plazos.

"Ha pasado lo mismo que en una familia donde el padre cambia de opinión cada tres segundos. Los hijos y la mujer tendrían un caos importante. En el Valencia se ha perdido la objetividad. Ha sido un club históricamente cuarto que, cíclicamente, ha logrado títulos. Que el último estuviera cercano no quiere decir que tuviera que ser continuado, porque los grandes se refuerzan y no permiten sostenerse arriba a los que llegan desde la segunda fila", razona el técnico.

"La angustia que vive el club –prosigue– se traslada a todo. Al aficionado, que va dividido y enfadado al campo, porque no se le transmite seguridad desde el club. Después al jugador, que sale atado a Mestalla. No conozco a nadie que pueda crear desde el ahogo. Creo que hay que liberarlo, antes de hablar de sistemas y de otras cosas. Pero el Valencia vive de la última jugada, ni siquiera del último partido, y no es posible edificar nada desde la última jugada".

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